lunes, 1 de octubre de 2007

Nostalgia


Venía en el metro leyendo un artículo sobre el uso publicitario de la nostalgia y, de repente, he caído en la cuenta de que yo debo de haber sido un nostálgico incluso ya antes de nacer. Al menos, así me lo imagino, ya que me recuerdo nostálgico desde que tengo uso de razón.

A veces hasta pienso que era nostálgico antes de tener mis propios recuerdos y, por eso, con quince o veinte años me gustaban canciones que eran anteriores a mi generación, como boleros, tangos, ... y mi grupo "moderno" preferido entonces era Dire Straits, que, en cierto modo, siempre ha sonado un poco a viejo o, al menos, a clásico.

Ahora que ya empieza a hacer veinte o veinticinco años de muchas de las cosas que recuerdo, soy nostálgico por derecho propio y he perdido alguno de los complejos generacionales que me impedían disfrutar siéndolo.

Además, en esta "sociedad de usar y tirar", de lo efímero, tenemos la ventaja de que cada vez es más fácil sentir o disfrutar de la nostalgia, incluso con cosas de ayer mismo. Vas a una tienda de discos y ya venden a precios y en la sección de saldos algunos discos que no deben de llevar publicados más de unos meses. Encuentras libros que ganaron un premio de novela importante hace sólo uno o dos años en la sección de oportunidades o incluso en un rastrillo de "libros viejos".

Así que, entre la publicidad, mi propia edad y el vértigo consumista, cada vez es más fácil disfrutar de la nostalgia. Casi vivir el presente desde la nostalgia.

¿Acabaremos rizando el rizo y viviremos el futuro desde la nostalgia?

Eso es lo que nos propone mucha de publicidad a la que estamos sometidos y, en cierto modo, algunas ideologías políticas.

Igual empieza a ser el momento de reaccionar y hacerme un moderno.

Aunque no sea más que por higiene mental y así poder recordar dentro de unos años, y "con nostalgia", que una vez fui moderno.


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