lunes, 12 de abril de 2010

Espectáculos urbanos


Lo bueno de una gran ciudad como Madrid es que, sólo por pasear por sus calles, mirar a través de la ventana del autobús o fijarte en tus compañeros de vagón en el metro, tienes la oportunidad de conocer mucha "gente especial".

Adolescentes pertenecientes a alguna tribu. Señores maduros con americana verde hierba, pantalones blancos de lino y cara de, por lo demás, no ser nada raros. Una señora que me cruzo casi todos los días y que lleva una bufanda o pañuelo al cuello, subidos hasta las orejas incluso en julio. Curas de negro riguroso y con alzacuellos. Heladeros rastafaris que han montado una embajada de Jamaica en un puesto prefabricado de helados. Estudiantes de algo raro que viajan todos los días con un trolley en el metro y que bajan siempre por mi calle. Miles de personas llegadas de países que hasta hace muy pocos años nos resultaban tan extraños e inalcanzables. Señoras y señores que, aunque llevan casi cincuenta años aquí, tienen aspecto de acabar de salir en ese momento de su pueblo de Zamora o Albacete. Inverosímiles combinaciones de ropa, peinado, calzado, ...

Todo a tu alcance. Sólo tienes que pasear con los ojos bien abiertos. 

También ayuda mucho acertar con la banda sonora. He descubierto que, si tienes puestos los auriculares, en estos casos, el mundo puede parecer un vídeo-clip o una secuencia posmoderna de cine neorrealista.

Eso es todo: mirar, dejarse sorprender y disfrutar del espectáculo de lo cotidiano.

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martes, 6 de abril de 2010

Cuatro meses después


Hace cuatro meses escribí un post y, desde entonces, no había vuelto por aquí.
Puedo poner mil disculpas, algunas ciertas y otras inventadas, pero la verdad es que no sé muy bien por qué hace tanto que no escribo nada.
Supongo que algunos ni siquiera me habéis echado de menos últimamente: ¡ah, sí! conozco ese blog, "quien roba a un ladrón ..." se llamaba ¿no? Parece que ya no lo actualiza. Yo hace ya tiempo que no lo miro. Total para qué, si ya no hay nada nuevo.
Os confieso que estaba un poco aburrido de verlo, siempre tan parecido a sí mismo. Así que, a falta de ideas para el contenido, he decidido cambiar el envase. Ya sé que es una solución fácil, una pequeña trampa, pero por algo tenía que empezar. Además, siempre puedo abrir un debate sobre si antes era más bonito o más feo que ahora.
Sólo espero que en los próximos días o semanas haya también algo nuevo en los contenidos, que se me ocurran cosas que contaros.
Para los que se sientan defraudados porque sólo he cambiado el diseño, tengo que deciros que, en el fondo, me alegro: eso quiere decir que todavía confiáis en que os cuente algo nuevo.
Ahora sólo espero que me visiten las musas. Aunque, como decía algún escritor que oí hace años: la inspiración existe, pero hace falta que te pille escribiendo.

Hasta pronto.

(espero)

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